A cada uno su partenaire

Invitado Internacional: Fabián Naparstek

Párrafos escogidos para la "Disciplina del comentario"

Paula del Cioppo:

Vemos cómo el síntoma se vuelve una segunda naturaleza, en el sentido en que Freud explica la metapsicología en «Inhibición, síntoma y angustia». Hay un momento donde el sujeto adopta el síntoma y lo integra a su personalidad. Por esa misma razón deja de quejarse de él. Eso es lo formidable. Ni los catalanes ni los checos se quejan de trabajar. Son más bien los otros lo que se quejan de que trabajan demasiado.

Miller J.-A., Revista Lacaniana de Psicoanálisis N. 19, «Teoría del Partenaire», p.50.

Juan Citlaltemoc Gómez:

El primer partenaire que Lacan inventó, en efecto en la vía de Freud y de su «Introducción al narcisismo», era el partenaire-imagen. Lo que cuenta «El estadio del espejo», es que el partenaire esencial del sujeto es su imagen. Y esto en razón de una incompletud orgánica de nacimiento llamada prematurez. Incluso es el partenaire narcisista.

De allí Lacan inventó ese partenaire fascinante, porque no es especular, ese partenaire abstracto y esencial del que encontramos sin embargo su lugar en la mediación filosófica: el partenaire simbólico.

Miller J.-A., Revista Lacaniana de Psicoanálisis N. 19, «Teoría del Partenaire», p.40.

Textos de referencia:
Miller, Jacques-Alain, La teoría del partenaire (Lacaniana 19)
Miller, Jacques-Alain, El partenaire-síntoma (Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, 1997/ 1998)

09:00-09:30

Registro

09:30-09:45

Presentación de la actividad

Ana Viganó

09:45-10:45

Argumento
Primera parte
Fabián Naparstek
Cordina: Ana Viganó

10:45-11:15

Coffee Break

11:15-12:15

Disciplina del comentario:

Presentan Paula Del Cioppo y Juan Citlaltemoc Gómez
Conversa: Fabián Naparstek
Coordina: Viviana Berger

12:15-13:30

Lógica de la cura

Presentan Ana Viganó y Areli Leeworio
Conversa: Fabián Naparstek
Coordina: Marcela Almanza

13:30-15:30

Comida

15:30-16:30

Perspectiva del concepto

Presentan Irene Sandner y Areli Leeworio
Conversa: Fabián Naparstek
Coordina: Silvana Di Rienzo

16:30-17:25

Argumento
Segunda parte

Cargo: Fabián Naparstek
Coordina: Ana Viganó

17:25-17:30

Cierre

Fecha: 12/10/2019
Horario: 09:00 Hrs 17:30 hrs
Modalidad: Presencial
Lugar: Alianza Francesa Polanco.

Informes:✉ asistente.nel.mexico@gmail.com
                  📞 (55) 7028 4439

Cuota de recuperación:

  • Profesionistas y Público en general $900.00 MNX
  • Estudiantes $600.00 MNX

Datos para el pago: Banco Banorte
N° Cta. 0326428652
Nueva Escuela Lacaniana
Clabe Interbancaria 072180003264286528
Enviar el comprobante de pago a: asistente.nel.mexico@gmail.com 

IV JORNADAS DE LA NEL-cf CDMX:
PRESENCIAS DEL ANALISTA TEXTO DE ORIENTACIÓN
EJE: Presencias… en la ciudad y la época

Un despertar

¿Cuál podría ser la incidencia política un poco más allá de esta presentación negativa?

Tal vez cierto efecto de despertar. Un despertar respecto de aquello de lo que en

definitiva se trata en los ideales sociales: del goce y de la distribución del plus-de-gozar.

 (Jacques-Alain Miler)

Desde hace tiempo los analistas hemos afrontado el desafío ético de hacer a un lado la rutina del consultorio y asumir una presencia en los dispositivos comprometidos con la salud mental en nuestras ciudades, así como en los debates públicos con el Otro social. En este aspecto, no cabe desconocer que, más allá de la vigencia del discurso del analista y sus consecuencias prácticas, en una perspectiva más amplia, se trata del consentimiento a la convocatoria de Lacan de alcanzar “una incidencia política donde el psicoanalista tendría su lugar si fuese capaz de ello”[1]. Por supuesto, para estar a la altura de la época, ello exige al deseo del analista el miramiento por los síntomas de la actualidad, los impases en lo social, y el aggiornamiento permanente respecto de los discursos emergentes que se imponen al compás de cada tiempo.

Ahora bien, ¿De qué presencia se trata?, ¿Cómo pensar esa presencia?

Más allá del analista causa del trabajo del sujeto supuesto saber, correspondiente a la dimensión transferencial del inconsciente, encontramos una clara orientación en el Capítulo X del Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Allí Lacan nos advierte sobre la presencia del analista, primordialmente, como una manifestación del inconsciente. Y es sólo desde ahí como tiene lugar su presencia real, más allá del par imaginario del a-a´, desidealizando, a su vez, la figura y la persona del analista, para reducir su función a la de un resto, “un resto fecundo” –en tanto una presencia muy particular que se pone en juego solamente en el arte de escuchar del analista. “El arte de escuchar casi equivale al del bien decir”[2].

Como vemos, ello no será ciertamente exclusivo de la experiencia analítica. Esta función estará activa en todos los vínculos donde se trata de la relación del sujeto con el saber y el goce. “Se trata en estos vínculos siempre de una relación transferencial encarnada en la persona que se supone agente de la acción, pero esa atribución de saber a la persona deja en realidad encubierta la relación del sujeto con el saber de su propio inconsciente, verdadero agente del vínculo”[3]. En la medida en que el analista con su acto recuerde la banalidad del sentido de las palabras, opere como el dedo elevado de San Juan tal como Lacan evoca en “La dirección de la cura”, señalando cómo somos hablados, que la referencia del lenguaje no existe, hará presente la perspectiva de lo real más allá de la realidad.

En este sentido, la ironía sirve muy bien a la posición del analista a la hora de perturbar los ideales sociales y revelar su naturaleza de semblantes respecto a un real que sería del goce. “Está más bien, como Sócrates, para hacer temblar, para hacer vacilar los ideales, a veces simplemente poniéndolos entre comillas, quebrando un poco los significantes-amo de la ciudad”[4]. Sin embargo, por otro lado, Lacan nos enseñó que los ideales son semblantes, arbitrarios, pero que esos semblantes son necesarios. La sociedad se sostiene gracias a sus semblantes, no hay sociedad sin identificaciones. Entonces si, por un lado, es cierto, el padre es un semblante, y, sí, se puede prescindir de él … sin embargo, no hay que olvidar que ¡a condición de saberlo utilizar!

Pensar la presencia del analista como la provocación de un despertar implica, necesariamente, sostener un deseo vivo. Seis años antes de su Seminario 11, en el texto La dirección de la cura y los principios de su poder, paradójicamente, Lacan dará al analista el lugar del muerto, dejando el yo a un lado para que pueda surgir el lugar del Otro para el sujeto, el inconsciente, su verdadera pareja, en el registro de lo simbólico. Es el lugar de la causa de la división del sujeto que Lacan formalizará más adelante con la función del objeto a, presencia irreductible.

Para finalizar, cabe mencionar el concepto de “acción lacaniana” que Jacques-Alain Miller ha propuesto para nombrar en el seno de la Asociación Mundial de Psicoanálisis la política de incidencia en los ámbitos políticos y sociales como el correlato del acto analítico en la sociedad. Si Lacan ha formulado que «No hay clínica del sujeto sin clínica de la civilización» es porque la topología del inconsciente lacaniano –allí donde el analista manifiesta su presencia- resulta, entre un afuera y un adentro, de una extimidad irreductible. ¿Cómo el deseo del analista pudiera, entonces, prescindir de la ciudad y la época?

 

[1] Miller, J.-A., El psicoanálisis, la ciudad y las comunidades.

[2] Lacan, J., El Seminario Libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Editorial Paidós, p. 129.

[3] Bassols, M., Presencia del analista, Cuadernos del INES Nro 14, Editorial Grama, p. 99.

[4] Miller, J.-A., El psicoanálisis, la ciudad y las comunidades.